RT Dissertation/Thesis T1 El mobiliario en los centros educativos: valoración antropométrica e instrumentos de medida. T2 O mobiliario nos centros educativos: valoración antropométrica e instrumentos de medida. A1 Paramés González, Adrián K1 2411 Fisiología Humana K1 5312.04 Educación K1 3212 Salud Publica AB En los niveles educativos obligatorios y postobligatorios, el alumnado emplea de 5 a 10 horas por día en los centros (Cardon, De Clercq, De Bourdeaudhuij, & Breithecker, 2004), estando la mayor parte del mismo sentados (Tunay & Melemez, 2008). Esta situación se considera que incrementa el riesgo de padecer problemas musculo-esqueléticos a una temprana edad, como dolor de cuello, espalda o hombro, como consecuencia del desajuste que suele existir entre las medidas antropométricas del alumnado y las dimensiones del mobiliario (Castellucci, Arezes, Molenbroek, de Bruin, & Viviani, 2017; Lin & Kang, 2013; Onawumi, Oyawale, & Dunmade, 2016). Por otro lado, el rendimiento académico puede verse igualmente afectado, ya que se ha sugerido que las posturas corporales incómodas dificultan el aprendizaje (Knight & Noyes, 1999; Savanur, Altekar, & De, 2007). A partir de estos hechos y teniendo en cuenta que los hábitos adquiridos a la hora de sentarse son muy difíciles de cambiar (Cardon et al., 2004; Yeats, 1997), se hace necesario emprender acciones destinadas a identificar cuáles deben de ser las dimensiones ideales del mobiliario.Esta situación ha sido solventada en algunos países en los que se han desarrollado pautas para la estandarización del diseño de mobiliario, como es el caso de Colombia (ICONTEC, 1999), Chile (INN, 2002) o Japón (JIS, 2011). En lo que respecta a España, existen unas directrices relativamente recientes emitidas por la Unión Europea (BS, 2015) al respecto, que sin embargo no parecen imponerse todavía. Esto puede ser debido a que, por un lado, al estar las competencias educativas transferidas, existe libertad por parte de las Comunidades Autónomas para determinar el tipo de mobiliario a utilizar en las escuelas, mientras que, por otro, hay una falta de actualización en lo referente al diseño y medidas que debiera presentar el mobiliario. La dificultad de abordar una inversión en nuevo mobiliario por su elevado coste también puede ser uno de los motivos (Eckelman, Haviarova, Zui, & Gibson, 2001; Motamedzade, 2008).Un ejemplo de esta situación es el caso de Galicia, en el que existe un catálogo de mobiliario del año 2007 (Xunta-de-Galicia, 2019) en el que, a pesar de registrarse cuatro tallas de sillas (36 y 40, 44 y 48 cm) y otras cuatro tallas de mesas (60 y 66, 72 y 78 cm), ninguna coincide con el informe de referencia de la UE (BS, 2015). A esto hay que añadir que el mencionado informe se basó en estudios ergonómicos desarrollados en base a medidas antropométricas tomadas en población británica, cuyas características pudieran no ajustarse a las dimensiones corporales de la población española. Sin embargo, esta idea no va más allá de una mera hipótesis, dado que, tras revisar los estudios realizados sobre ergonomía, hemos constatado que apenas existen trabajos con alumnado de nuestro país que determinen la posible existencia de desajustes entre el perfil antropométrico del alumnado y las dimensiones del mobiliario. Entre los pocos realizados podemos destacar la investigación de Quintana et al. (2004), aunque en este estudio sólo abordan la etapa de primaria de forma parcial, no utilizan el antropómetro como instrumento de medición, ni toman todas las medidas necesarias para determinar la silla y la mesa ideal. Estas limitaciones son suficientemente importantes, muestran la necesidad de realizar nuevos estudios que resuelvan el dilema, y justifican la realización del presente trabajo. LK http://hdl.handle.net/11093/3528 UL http://hdl.handle.net/11093/3528 LA spa DS Investigo RD 17-sep-2024